lunes, 13 de diciembre de 2010

La Llorona

Una noche de hace unos meses después de una cena agradable, al calor de unas copas de vino y con una luz muy tenue, unos venezolanos nos hablaron de las leyendas que circulan por aquí, esas que despiertan el horror, pero también la curiosidad de los adolescentes que no tienen nada mejor que hacer, y que los abuelos narran a sus nietos con el propósito de transmitirles sus tradiciones orales y –también, claro–, para que dejen de armar bulla y se duerman con una pizquita de temor en la imaginación, bajo el embozo de las sábanas.

Nos hablaron de la bola de fuego, de la dama de blanco, del silbón, de Juan Machete, y de un montón de cuentos a cada cual más siniestro y sobrecogedor. Sin embargo, todos coincidían en que la más popular y aterradora de estas leyendas era la de la Llorona. Con esta historia, las madres venezolanas asustan a sus hijos amenazándoles con que si no las obedecen, vendrá la Llorona a buscarlos y a atemorizarles todas las noches.

Aunque hay distintas versiones, lo que nos contaron fue más o menos esto: la Llorona es el alma en pena de una mujer joven que se enamoró de un soldado. De la pasión de ambos nació una niña, pero el soldado abandonó a la mujer y como ésta no sabía cómo criar a su hija, desesperada por el llanto de la niña, la mató con sus propias manos. Cuando la joven fue consciente de su terrible acto, comenzó a llorar, a gemir y a gritar desesperadamente. Sus vecinos, al ver lo ocurrido, la maldijeron, y ella salió corriendo hacia las estepas de los llanos, convirtiéndose en un terrible espectro. Desde entonces vaga por los campos llorando de dolor y cuando entra en algún poblado o se encuentra con algún caminante los asusta gritando: “¡Mi hija, dónde está mi hija!”. Después, mata o vuelve locos a los hombres, mujeres o niños que son o han sido infieles…

2 comentarios:

  1. ¡Vamos! Que esa noche no dormisteis bien... Espero que no repitieras el numerito de esconderte debajo de la cama y agarrar la pierna...

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  2. No, pero me dieron ganas de hacer el numerito del baño... Creo que ya te conté, no??

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