lunes, 21 de junio de 2010

Gustavo Dudamel

A ver, pregunta de culturilla general o, en su defecto, de concurso televiso. Por mil bolívares, dígame personajes relevantes del mundo de la cultura venezolana. Un, dos, tres, responda otra vez… Tic, tac, tic, tac… Boris Izaguirre, Ivonne Reyes, Carolina Herrera... Tic, tac, tic, tac… Simón Bolívar (claro), Rómulo Gallegos, Uslar Pietri… tic, tac, tic, tac, Alberto Barrera Tyska, Francisco Suniaga, Gustavo Dudamel. Piiiiii… Tiempo, mil bolos para el concursante.

Salvo los tres o cuatro primeros, probablemente el resto de los nombrados sean dignos desconocidos para los españoles y quizá de forma especial el último, Gustavo Dudamel. Sin embargo, a día de hoy, éste es quizá el mayor símbolo de la cultura venezolana actual y su proyección mundial no hace más que crecer.

Hace unos días, paseando por Los Ángeles, en Bunker Hill, nos topamos con el edificio que Frank Gehry, el arquitecto del Guggenheim de Bilbao, levantó en el año 2003 para albergar la orquesta filarmónica de Los Ángeles (en la foto). Allí triunfa Gustavo Dudamel, director de orquesta venezolano de apenas veintinueve años, que empezó a tocar el violín con diez recién cumplidos, y que a los veintitrés ganó el Premio de Dirección Gustav Mahler de Alemania. Su carrera musical está jalonada por un vertiginoso currículum de éxitos en todo el mundo. Hace tan sólo unos meses lo nombraron director de la prestigiosa orquesta filarmónica de Los Ángeles, quizá la más importante de los Estados Unidos, y su reputación de “maestro” se ha consolidado definitivamente.

Ahora, Dudamel acaba de arrasar en una interpretación de la Sinfonía nº 4 de Tchaikovksy en Moscú, nada más y nada menos que en el Tchaikovsky Concert Hall. El público ruso, uno de los más exigentes con las interpretaciones de esta pieza, ovacionó durante más de quince minutos a los músicos que componían la orquesta sinfónica Simón Bolívar de la Juventud Venezolana que fue dirigida por Dudamel. La orquesta parte ahora para Varsovia donde será dirigida nuevamente por el que es considerado ya como una de las mayores aportaciones venezolanas de todos los tiempos al mundo de la cultura. No estaría de más quedarse con su nombre. Nunca se sabe si saldrá en una de esas preguntas de los concursos televisivos. Tic, tac, tic, tac.

3 comentarios:

  1. Pero habrá progresado por salir del pais...

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  2. Bueno, en realidad, toda su formación la tuvo en Venezuela.

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  3. La música, terreno tradicionalmente abonado para la aparición de niños prodigio, tiene, en efecto, en Gustavo Dudamel (1981) una de las estrellas más prometedoras de la dirección de orquesta. Otra, no menos interesante, sería Daniel Harding (1975), que en algún momento sonó para la titularidad de la dirección musical del Teatro Real.

    Dudamel no sería nadie sin el maestro José Antonio Abreu, fundador del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles, que ganó el Premio Príncipe de Asturias de las Artes de 2008: http://www.fpa.es/premios/2008/sistema-nacional-de-orquestas-juveniles-e-infantiles-de-venezuela/text.

    Esperemos que el marketing y la presión mediática no acabe quemando a jóvenes prodigiosos, pero todavía inmaduros, como éstos, que deberían ser, en un futuro, el relevo de los Claudio Abbado o Nikolaus Harnoncourt de hoy.

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