Este pueblecito de reminiscencias góticas fue levantado por una colonia de emigrantes alemanes que, convencidos por Agustín Codazzi, llegaron a Caracas en 1843 con el fin de instalarse como miembros de una colonia europea. La iniciativa se enmarcaba en un programa de intercambio económico entre Venezuela y Alemania y fruto de ella nació Colonia Tovar, a más de 2.000 metros de altura, con un clima y una geografía propicios para que aquellos colonos que decidieron emprender tan increíble aventura se sintieran como en casa. Aquel grupo de familias formado por médicos, científicos, escritores, artesanos y productores partieron de Baden, en el suroeste de Alemania, y llegaron 112 días después a Colonia Tovar.
Hoy en día es lugar de descanso de algunos caraqueños, y sitio de destino para pasar el domingo en familia. La carretera para llegar a Colonia Tovar es un meandro de curvas mareantes pero el espectáculo que uno contempla merece sobradamente la pena: las imponentes montañas del estado de Aragua, la serranía que bordea el litoral caribeño, el esplendor de los valles al fondo de los acantilados, los bosques nublados, los riachuelos serpenteantes y la mezcla de dos culturas aparentemente antitéticas que, aquí, encuentran un curioso y exótico punto de encuentro.
Eso es estar en todo, no tocar a la mujer al aire libre que para eso tenemos los hoteles más abajo…….
ResponderEliminarLa colonia Tovar muy bonita, me entran ganas de ir a visitarla
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