domingo, 12 de septiembre de 2010

De Twitter y sus demonios

Hablando de la pasión del gobierno venezolano por Twitter: son ya varias las personas que han sido encarceladas por difundir mensajes a través de esta red social. El rigor, el celo y la profesionalidad con que los informáticos del cuerpo del CICPC (policía científica) buscan, escarban y escudriñan la herramienta del pajarito azul es tal que si pusieran el mismo énfasis en acabar con los homicidios, los crímenes y las armas de fuego ilegales que uno ve sin necesidad de prestar mucha atención, este país sería definitivamente el Paraíso terrenal o al menos una buena sucursal del mismo.

Según el Gobierno, los twitteros son arrestados fundamentalmente por dos motivos: uno, atentar contra el sistema financiero del país al difundir información del cambio paralelo de moneda y otros procedimientos monetarios y mercantiles tan asentados en el uso social venezolano que hasta el perrocalentero de Caracas más despistado lleva en su ADN (información, por cierto, que en el mismo aeropuerto te dan y ofrecen los porteadores de equipajes, el personal de Maiquetía, los taxistas y si te descuidas hasta los propios empleados públicos).

Y, el segundo motivo: instigar al magnicidio. El último twittero encarcelado por este asunto ha sido esta semana: un ingeniero de 27 años que trabaja para la Electricidad de Caracas (EDC), filial de la Corpoelec. Según el comisario que compareció en la televisión, el presunto magnicida habría instigado al asesinato del presidente “colocando una foto de Chávez con heridas en el rostro y ordenando cómo se podía hacer el magnicidio”.

Después de pasar un par de días con sus noches correspondientes en el calabozo, el presunto conspirador de 27 años ha sido liberado, visiblemente agotado y debilitado, y por lo visto maltratado en los calabozos, según cuenta su abogado en los periódicos locales, después de que se le decomisara y analizara hasta la extenuación “un teléfono inteligente (sic) y una computadora portátil, que seguirá siendo sometida a experticias”.

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