viernes, 10 de septiembre de 2010

Onda tropical

Me escribe mi hermano desde Zagreb, Croacia, diciéndome que ha visto en la CNN el pronóstico del tiempo y dan lluvias para Caracas. Yo le respondo que no llueve, sino que diluvia, que está cayendo un aguacero de los grandes, fuertes tormentas que, como ayer, duran todo el día, populosas cortinas de agua que impiden ver lo que hay al otro lado de la calle, carreteras desbordadas por un mar inesperado de lluvia y unas alcantarillas (o mejor dicho, unos elementales desagües o drenajes) tan incapaces de succionar tantos litros por metro cuadrado que literalmente no dan abasto. De hecho, el río Guaire, que es un poco como el Manzanares de Madrid, ya que atraviesa la ciudad como una cicatriz fluvial, está en niveles críticos, y ha llegado a desbordarse en zonas humildes como Petare o La Pedrera, provocando deslizamientos e inundaciones de viviendas. Las fotos que publican los periódicos tienen el cariz de los desastres naturales: montones de bomberos, con sus chubasqueros amarillos y sus botas de goma, afanándose por achicar el agua, con un fondo de casas mugrientas, portales embarrados y vecinos desolados.

Los expertos pronostican que las precipitaciones van a continuar durante todo el mes de septiembre, ya que estamos en la época de las lluvias, época que aquí en el trópico se caracteriza por fuertes aguaceros, chaparrones intensos, fuerte actividad eléctrica e incluso caída de granizo. Lo mejor es que, cuando pasa la onda tropical, luce el sol con fuerza, el agua se evapora y volvemos, como por arte de magia, a los agradables y relativamente húmedos treinta grados, como si nada hubiese pasado.

1 comentario:

  1. Parece ser que el tiempo es como el “gobierno”
    Pero siempre que llovió escampo (esperemos)
    F

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