lunes, 27 de septiembre de 2010

Día electoral

Éste es el edificio que alberga la Asamblea Nacional, a la que concurrían los partidos políticos en las elecciones de ayer. Para nosotros fue un día curioso, pues es la primera vez que vivimos inmersos el proceso electoral de un país en el que no puedes votar pero del que te interesan, y mucho, sus resultados.

Como cada domingo fuimos a desayunar al mismo sitio de siempre, hicimos compras, paseamos por las calles calurosas de Chacao, y pese a lo que nos advirtieron todo fue con absoluta normalidad y tranquilidad. Eso sí, a las cuatro de la madrugada, los seguidores del chavismo se dedicaron a tirar tracas de petardos y cohetes ruidosísimos para despertar a la gente como si fueran toques de diana. Era el llamado a la participación, como dicen aquí. Una hora después Chávez estaba enviando mensajes incendiarios a través de Twitter. Las mesas electorales abrieron a las seis de la mañana y los primeros ancianos hacían colas para pasar por el tortuoso camino de la votación. Se calculaba en seis los minutos que tarda en votar un elector: identificación y acreditación, captación de huella dactilar, selección de los candidatos en las distintas urnas, votación y, finalmente, inmersión del dedo en la tinta indeleble.
Huguito acudió a votar a la una del mediodía con su chándal bolivariano, de la mano de sus hijos y sus nietos, y auguraba ufano una victoria del PSUV y un alto nivel de participación (del 70%), muy superior al 25% de hace cinco años cuando la oposición se retiró en un intento de deslegitimar los poderes del Estado. Chávez espera obtener dos tercios de la Asamblea y profundizar así en el proceso revolucionario socialista-bolivariano, que como volvió a repetir ayer en numerosas ocasiones es el proceso más admirado del mundo, puesto que antepone un modelo utópico inspirado en Bolívar-Lenin-Castro frente al imperialismo reinante, último estadio de ese capitalismo salvaje que nos consume.

Las urnas se cerraron a las seis. Nosotros para no perder las buenas costumbres salimos a cenar a uno de nuestros sitios favoritos, en espera de los resultados finales de estas curiosas elecciones.

2 comentarios:

  1. Ósea que a las advertencias de vuestros vecinos ni caso
    Aquí en España lo que se dice es que va un muerto y varias amenazas de grupos chavistas a votantes y rompen la tranquilidad de la jornada electoral.
    Y que paso con Gustavo Aristegui
    f

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  2. Pues al final salimos a cenar pero estaba la ciudad desierta y todo cerrado. Tuvimos que volver a casa...

    Lo de Arístegui al final no le retiraron el acta de observador y pudo seguir las elecciones. Supongo que mañana contará cómo vivió todo y qué es lo que pasó realmente.
    Abrazos!

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