Como cada domingo fuimos a desayunar al mismo sitio de siempre, hicimos compras, paseamos por las calles calurosas de Chacao, y pese a lo que nos advirtieron todo fue con absoluta normalidad y tranquilidad. Eso sí, a las cuatro de la madrugada, los seguidores del chavismo se dedicaron a tirar tracas de petardos y cohetes ruidosísimos para despertar a la gente como si fueran toques de diana. Era el llamado a la participación, como dicen aquí. Una hora después Chávez estaba enviando mensajes incendiarios a través de Twitter. Las mesas electorales abrieron a las seis de la mañana y los primeros ancianos hacían colas para pasar por el tortuoso camino de la votación. Se calculaba en seis los minutos que tarda en votar un elector: identificación y acreditación, captación de huella dactilar, selección de los candidatos en las distintas urnas, votación y, finalmente, inmersión del dedo en la tinta indeleble.
Huguito acudió a votar a la una del mediodía con su chándal bolivariano, de la mano de sus hijos y sus nietos, y auguraba ufano una victoria del PSUV y un alto nivel de participación (del 70%), muy superior al 25% de hace cinco años cuando la oposición se retiró en un intento de deslegitimar los poderes del Estado. Chávez espera obtener dos tercios de la Asamblea y profundizar así en el proceso revolucionario socialista-bolivariano, que como volvió a repetir ayer en numerosas ocasiones es el proceso más admirado del mundo, puesto que antepone un modelo utópico inspirado en Bolívar-Lenin-Castro frente al imperialismo reinante, último estadio de ese capitalismo salvaje que nos consume.
Las urnas se cerraron a las seis. Nosotros para no perder las buenas costumbres salimos a cenar a uno de nuestros sitios favoritos, en espera de los resultados finales de estas curiosas elecciones.
Ósea que a las advertencias de vuestros vecinos ni caso
ResponderEliminarAquí en España lo que se dice es que va un muerto y varias amenazas de grupos chavistas a votantes y rompen la tranquilidad de la jornada electoral.
Y que paso con Gustavo Aristegui
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Pues al final salimos a cenar pero estaba la ciudad desierta y todo cerrado. Tuvimos que volver a casa...
ResponderEliminarLo de Arístegui al final no le retiraron el acta de observador y pudo seguir las elecciones. Supongo que mañana contará cómo vivió todo y qué es lo que pasó realmente.
Abrazos!