Cela, que fue el primer escritor español que entendió que uno podía ganarse la vida de forma profesional dedicándose en cuerpo y alma a la literatura, estuvo en Venezuela en el año 1953, en un viaje promocionado por el dictador de la época Marcos Pérez Jiménez. Éste accedió al gobierno por medio de los votos en 1952, después de una serie de episodios rocambolescos que le otorgaron el poder (anteriormente había participado en el golpe de estado que derrocaría a Rómulo Gallegos en 1948), y en su afán por instaurar un nacionalismo que llamó “Nuevo Ideal Nacional” contrató a Cela para hacer propaganda de Venezuela en España, que por entonces vivía también un contexto cultural bastante peculiar de promoción del franquismo.
Así fue cómo Pérez Jiménez sufragó el viaje que hizo Cela por Venezuela y que tenía por objeto que el autor de La Colmena y La familia de Pascual Duarte escribiera una saga de seis o siete novelas que llevaría por título genérico “Historias de Venezuela”.
Por aquel encargo Cela recibió tres millones de pesetas de la época (18.000 euros), dinero que le valió para comprarse un chalet en Mallorca. Después de aquello el ministro del Interior de Venezuela canceló la serie y Cela regresó a España. Según se contó en los periódicos de la época, Pérez Jiménez consintió en que se publicara La Catira por “la mala situación económica que atravesaba el escritor”.
Así fue cómo Pérez Jiménez sufragó el viaje que hizo Cela por Venezuela y que tenía por objeto que el autor de La Colmena y La familia de Pascual Duarte escribiera una saga de seis o siete novelas que llevaría por título genérico “Historias de Venezuela”.
Cela estuvo en Caracas y viajó por todo el país, desde los Llanos hasta el Orinoco y Los Andes, pasó meses documentándose, hablando con los indígenas, con los criollos, con los nativos, tomando notas y esbozando personajes. El resultado de aquello fue una novela titulada La Catira (1955), que narra las aventuras de la catira (la rubia) Pipía Sánchez, un personaje de gran nivel, pero no así la novela, que está repleta de un lenguaje bastante coloquial y nada venezolano que, por lo visto, despertó la discrepancia y el disgusto no sólo del dictador Pérez Jiménez sino de los propios venezolanos. La novela de Cela, además, está inspirada en Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, precisamente el político que había sido desterrado del gobierno por el golpe militar.
Por aquel encargo Cela recibió tres millones de pesetas de la época (18.000 euros), dinero que le valió para comprarse un chalet en Mallorca. Después de aquello el ministro del Interior de Venezuela canceló la serie y Cela regresó a España. Según se contó en los periódicos de la época, Pérez Jiménez consintió en que se publicara La Catira por “la mala situación económica que atravesaba el escritor”.
Yo creo que hubiera sido más fácil publicitarse patrocinando el NODO...¡Como cambian los tiempos!
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