lunes, 26 de julio de 2010

La casa de los espíritus

Parece ser que estos días hay en Chile una serie de personalidades que están postulando a Isabel Allende como merecedora del Premio Nacional de Literatura de su país. Curiosamente, Allende vivió en Venezuela durante más de trece años y, al hilo de esta noticia, han surgido voces en Caracas que recuerdan “el desagravio y la altanería” de la escritora, quien por lo visto nunca nombra ni hace referencia al país que la acogiera cuando salió de Chile en 1973, después del golpe de estado con que Pinochet derrocó el gobierno de su tío, Salvador Allende.

La vida de Isabel Allende es una de esas vidas itinerantes y nómadas, que ha transcurrido en sitios tan dispares como Perú, Bolivia, Líbano, Chile, Venezuela, Estados Unidos y España. En Venezuela, pasó trece años de su vida, con su familia, viviendo en un apartamento de Caracas donde se buscaba la vida como podía, dando clases aquí y allá, e intentando escribir en los periódicos de la capital. Como periodista, por lo visto, no era muy buena, y así se lo hizo saber Pablo Neruda cuando una vez, trabajando para una revista femenina, fue a entrevistarlo a su casa, y éste le dijo que jamás se dejaría entrevistar por una periodista tan mala. Neruda le dijo: “usted es mala periodista porque no es objetiva, dedíquese a la literatura”.

Pero no fue hasta que estuvo residiendo en Caracas cuando Isabel Allende encontró su camino. Fue a raíz de la enfermedad de su abuelo de 99 años. El anciano hombre estaba ya muriéndose y esa situación inspiró a Allende una larga carta que acabó convirtiéndose, a medida que la iba escribiendo, en La casa de los espíritus, su famoso best-seller. En 1982 consiguió publicarla en Plaza y Janés, y poco después salió de Venezuela para no regresar nunca más y, por lo visto, para no citarla nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario