La trama es intrincada pero se puede resumir así, según la lógica revolucionaria: Nelson Mezerhane, dueño del intervenido Banco Federal, posee el 28,5% de Globovisión, pero como esta entidad ha sido intervenida (ver post "Banco Federal"), esas acciones pasan, de facto, a ser propiedad del Estado. Si a esto se le suma otro 20% que estaba en manos de otro accionista que acaba de morir y cuyas acciones no son heredables para los familiares sino para la revolución, nos encontramos con un axioma que ayer Chávez anunció eufóricamente, con la clarividencia propia de los iluminados: “el Estado podrá ser propietario del 45,8% de las acciones de Globovisión" y, por lo tanto, se incorporarán dos periodistas oficiales a la junta directiva en representación del Ejecutivo. Y añadió: “no estamos expropiando, nos estamos incorporando al negocio. Mezerhane tiene una empresa intervenida y el otro señor recibió un 20% y luego lamentablemente falleció… Bueno, ven a mí que tengo flor”.
Mientras tanto, Guillermo Zuloaga y su hijo están en busca y captura, fugados probablemente en algún país del continente, a la espera de poder regresar a Venezuela. Lo mismo cuando lleguen se encuentran con el Presidente dirigiendo también la junta directiva de Globovisión.
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