Como a los que somos de fuera, esto nos suena un poco a leyenda urbana, aprovecho para preguntárselo al médico al que he acudido para ponerme unas vacunas:
-Oiga, ¿esto de la burundanga es cierto?
-Oh, sí, hermano. Mire, tenga –me tiende uno de esos libritos que dan en los hospitales, que parecen más un folleto que otra cosa, con recomendaciones generales sobre esto y aquello-, ahí lo cuento todo. Lléveselo, lléveselo, son solo 40 bolívares (unos 4 euros).
Como ve que dudo y no quiero comprárselo, lo coge, abre por el índice, busca la página y me lee:
-Escuche: “La burundanga o escopolamina se obtiene de un árbol nativo de Centro América, denominado Brugmansia o Belladona. En algunos países latinoamericanos se la conoce como cacao sabanero o borrachero. La burundanga es la droga preferida de los delincuentes, ya que altera el funcionamiento cerebral y los actos volitivos, de manera que la víctima actúa como un autómata”. Hay que andarse con mucho ojo, hermano. Cuando menos te los esperas, zas, te lo han echado en la copa y estás perdido. Y nunca se sabe con quién va a dar uno. A un amigo mío se lo pusieron en la copa una vez y acabó en la cama con una caraqueña, una hembra de esas bonitas, ya tú sabes –hace un gesto con las manos que parecen moldear el delicado material de un jarrón, al tiempo que abre mucho los ojos y resopla picaronamente hacia un lado-. Pero ah, amigo, lo peor vino al día siguiente, cuando el hermano de la caraqueña se presentó en su casa y le amenazó de muerte por haber violado a su hermana. Tuvo que darle mucha plata, ya tú sabes…
-Pero ¿esto ocurre de verdad? –pregunto aún incrédulo.
-Pues claro, hermano, claro. Los delincuentes siempre van por delante, sobre todo cuando se trata de sexo. Hágame caso, no lo tome a broma. Lléveselo y, si tiene esposa, léalo con ella. Son sólo 40 bolívares.
Al final salgo de allí con el librito, pero cuando llego al mostrador para pagar, hago un último requiebro y lo dejo en la mesita de la recepción. Mientras hablaba con el doctor, se me ocurrió una pregunta, pero no me atreví a hacérsela. Una pregunta pensada, sin duda, con mentalidad capitalista:
-¿Y por qué no aprovechan la burundanga para echársela en el vaso al jefe y negociar y firmar con él un aumento de sueldo?
Pero eso ya sería entrar en otros terrenos menos mágicos.
Lo malo es si te lo echa tu jefe a ti a final de mes... Te vas a casa violado y sin un centimo...
ResponderEliminarsisi me gusta esta droga tan buena ayyy que rico
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